La seguridad (del
latín securĭtas) se refiere a aquello que está exento de peligro,
daño o riesgo. Por su parte, el segundo vocablo que da forma al
término que ahora nos ocupa, vial, podemos determinar que también
tiene su origen etimológico en el latín. Más exactamente procede
de la palabra vialis que puede traducirse como “relativo a la vía”.
El concepto de
seguridad vial, por lo tanto, supone la prevención de accidentes de
tráfico con el objetivo de proteger la vida de las personas.
La seguridad vial
puede dividirse en primaria (o activa), secundaria (o pasiva) y
terciaria. La seguridad primaria es la asistencia al conductor para
evitar posibles accidentes (por ejemplo, las luces de freno y de
giro). La seguridad secundaria busca minimizar las consecuencias de
un accidente en el momento en éste que ocurre (el airbag, el
cinturón de seguridad). Por último, la seguridad terciaria intenta
minimizar las consecuencias después de que ocurre el accidente (como
el corte del suministro de combustible para evitar incendios).
Los especialistas
reconocen diversos factores que atentan contra la seguridad vial,
como el exceso de confianza a la hora de conducir, la comodidad que
brindan los vehículos actuales (que permiten alcanzar grandes
velocidades casi sin que el conductor lo note) y el consumo de
alcohol.
Además de todo lo
expuesto en los últimos años, como consecuencia del desarrollo de
la tecnología y de la presencia tan importante de la misma en
nuestro día a día, se ha producido el establecimiento de otro nuevo
factor como consecuencia de un importante número de accidentes de
tráfico. En concreto, nos estamos refiriendo al hecho de que el uso
de los teléfonos móviles durante la conducción ha supuesto un
elevado número de trágicas consecuencias en carretera.
Y es que el ir
hablando por dicho móvil, el atender una llamada e incluso el mandar
un sms o WhatsApp mientras se está conduciendo despista a quien va
al volante y hace que no esté atento a la vía y ello se traduce en
choques, salidas de la carretera y colisiones de todo tipo que han
ocasionado muertes y lesiones de gravedad a personas en todo el
mundo.
La seguridad vial
también está determinada por las señales de transito y
el respeto que conductores y peatones tienen hacia ellas. Estas
señales actúan como guía en la vía pública y marcan ciertas
conductas que se deben adoptar (como frenar o tener especial
precaución).
Dada la importancia
que tiene la seguridad vial en nuestras vidas desde hace años en los
centros de enseñanza de todo el mundo se apuesta por impartir
sesiones, jornadas o clases sobre la misma. De esta manera, lo que se
pretende es que desde pequeños tengamos claras las normas de
circulación y las acciones a realizar, tanto al volante de un
vehículo como peatones, para poder evitar accidentes.
Se entiende por
educación vial a aquel tipo de educación que se basa en la
enseñanza de hábitos y prácticas que tengan como bien final la
protección y cuidado de los individuos en la vía pública. La
educación vial cuenta con un acervo teórico desarrollado a partir
de los accidentes y siniestros que suceden a diario en la vía
pública. Esta teoría se relaciona principalmente con la convivencia
adecuada de los diferentes vehículos, del manejo de los mismos
frente a la presencia de fenómenos específicos y del cuidado
primordial del bienestar del transeúnte.
La educación vial
tiene como principal objetivo organizar y ordenar no sólo el
tránsito vehicular si no aportar las herramientas para que las
muertes a causa de accidentes que involucran vehículos disminuyan,
asegurando así bienestar a toda la población. Algunos elementos de
la educación vial pueden, sin embargo, cambiar de país en país
aunque la base es la misma.
La educación vial
se basa en conocimientos teóricos que hacen al manejo de estos
vehículos, por ejemplo el modo de actuar en determinadas situaciones
o las reglas a seguir en casos específicos (por ejemplo, utilizar el
cinturón de seguridad, respetar los semáforos, dar paso a los
peatones, etc). Estas reglas están por lo general asentadas de
manera ordenada y escrita de modo que no quede lugar a la
especulación o a la decisión particular de cada individuo.
Al mismo tiempo, la
educación vial cuenta con herramientas prácticas que sirven para
agregar mayor información. Aquí es cuando hablamos de carteles,
signos y símbolos que son dispuestos a lo largo de las calles,
carreteras o vías de transporte y que implican determinadas
informaciones tales como avisos, prohibiciones o advertencias. Hay
una gran variedad de símbolos y carteles que se utilizan en este
tipo de educación y la mayoría de ellos está realizado con colores
llamativos como el rojo, el amarillo, el azul.
En este vídeo sobre
educación vial se ilustra de manera irónica (justo al revés)
cuales son las conductas buenas y malas en las vías publicas,
terminando con un comentario que refleja muy bien el mensaje "Tell
me how you drive and I´ll tell you what kind of an idiot you are";
"Dime como conduces y te diré que tipo de idiota eres"